En Mamut lanzamos nuestro blog como un pequeño espacio donde podamos aprender un poquito más sobre el increíble y maravilloso mundo de los niños y, donde anunciaros también novedades relacionadas con nuestro trabajo. Esperamos, desde la más sincera humildad, que os sirva de inspiración y ayuda.
Y qué mejor que contar con Laura Ruescas Goyanes, experta psicopedagoga infantil de las Escuelas Infantiles VIB, para el primer artículo de nuestro blog, una gran profesional de la educación infantil.
Ella nos cuenta la importancia de la motricidad en los niños y como el juego es clave para su desarrollo en los primeros años de vida.
Motricidad en niños de 12-24 meses
Normalmente, un niño a esta edad es capaz de levantarse y caminar solo. Incluso pueden ya agacharse y coger objetos del suelo sin perder el equilibrio. También empiezan a subir escalones de uno en uno, es decir, con los dos pies en el mismo escalón antes de acceder al siguiente. Es por esto que los juegos de motricidad gruesa, como módulos, colchonetas, cuevas, andadores, juguetes de arrastre, etc. serán de gran beneficio.
Igualmente, existen juegos de motricidad fina con los que podrá desarrollar su movimiento manual y de dedos. ¡Os dejamos unos ejemplos!
Juegos de canciones donde podamos usar pequeñas marionetas, cubos de aprendizaje, juegos de memoria con tarjetas, estimulación de los sentidos: objetos que den olor, diferentes texturas y tamaños de objetos, pesos, etc., juegos de construcción, ensamblaje de piezas, puzles y juegos sensoriomotores (con sonidos, luces, etc.) serán parte de su gran interés.
¿Cómo es el desarrollo motriz de un niño de 2 años? Hay que tener en cuenta que la motricidad está íntimamente relacionada con varias áreas muy importantes en esta etapa del crecimiento, veámoslas una por una:
Desarrollo de la motricidad gruesa
El niño, a partir de los dos años, va mejorando habilidades como correr, saltar, trepar, bailar... Estos avances permiten desarrollar lo que se llama “esquema corporal”, es decir, cómo ve el niño su propio cuerpo y sus distintas partes. Se da cuenta de lo que puede hacer con él y de sus limitaciones.
Desarrollo de la motricidad fina
El niño entre los 2 y los 3 años adquiere nuevas habilidades para utilizar sus manos. Manipula objetos pequeños con mayor destreza y coordinación. Puede pasar perfectamente las páginas de los cuentos, abrir y cerrar tapones, jugar con juguetes más complicados como construcciones, piezas, entre otros.
Las muñecas, los dedos y las palmas de las manos pueden realizar funciones concretas como comer y beber solos. Estos nuevos avances le dan cada vez más autonomía.
Entre los 3 a 5 años perfecciona todo lo anterior. Empieza a garabatear. Hace trazos verticales, horizontales o circulares cada vez más pequeños y precisos. Esto marca el inicio del aprendizaje de la escritura.
Las muñecas, los dedos y las palmas de las manos pueden realizar funciones concretas como comer y beber solos.
Estos nuevos avances le dan cada vez más autonomía.
Entre los 3 a 5 años perfecciona todo lo anterior. Empieza a garabatear. Hace trazos verticales, horizontales o circulares cada vez más pequeños y precisos. Esto marca el inicio del aprendizaje de la escritura.
Desarrollo visual
El desarrollo visual del niño sigue aumentando durante la etapa preescolar. Se estima que a los 2 años es la mitad del desarrollo completo y a los 5 años dos tercios de lo normal. No tendrá la agudeza del adulto hasta la época escolar.
A esta edad es normal que el niño tenga hipermetropía. No es necesario tratarla salvo que provoque estrabismo.
La visión en tres dimensiones (visión binocular) está bien desarrollada. Gracias a esto puede calcular distancias y situarse en el espacio que le rodea., por esto los puzzles y juegos tridimensionales son un acierto.
Desarrollo del habla y lenguaje
Durante los años preescolares tiene lugar una “explosión” del habla y lenguaje. El vocabulario, la gramática y el uso de la lengua muestran una marcada y rápida mejoría. Un niño de 2 años dice frases de dos palabras (sujeto y verbo). Y usa o entiende entre 20 y 200 palabras.
Desarrollo cognitivo
El desarrollo del lenguaje y el desarrollo psicomotor potencian el desarrollo cognitivo en esta etapa.
El niño preescolar pregunta mucho. Se interesa por todo lo que hay a su alrededor. Los porqués iniciales son seguidos por preguntas mucho más elaboradas. Intenta comprender el mundo que le rodea.
Comienza a distinguir algunas propiedades de los objetos como colores, tamaños y formas geométricas, a comprender conceptos abstractos (frío, hambre, calor) y a contar y entender el concepto de cantidad (hasta tres a los 3 años, cuatro a los 4 años y 10 ó más a los 5).
Aumenta su memoria. Aprende modos de memorizar, como repetir o narrar lo que ha de recordar. La memoria autobiográfica (recuerdos de la propia existencia) es la que se desarrolla en primer lugar.
Empezará a centrar la atención y a poder planificar acciones.
La mejora de sus habilidades favorece el gusto por expresar todo aquello que tiene en su cabeza y quiere mostrar, pinturas que generen mucho color con poca presión y fuerza por parte del peque de 1-2 años da paso a trazos cada vez más elaborados con pinturas como ceras, rotuladores y lápices generando en esta progresión un agarre cada vez más específico.
A los 5 años ha pasado por realizar líneas, círculos, cruces, colorear para hacer dibujos muy elaborados. En la figura humana diferenciará varias partes (cabeza, tronco y extremidades).
Al final de esta etapa, muchos niños, aprenden ya a copiar letras y a memorizar su forma. Es el inicio de la escritura y la lectura.
Desarrollo afectivo y social
Entre los 2 y 3 años de edad el mundo del niño se abre enormemente. La figura materna empieza a no ser tan importante.
El niño se considera autosuficiente. Desea hacer todo por sí mismo. Aprenderá a comer solo, a desnudarse, a vestirse, entre otras cosas. Los juegos simbólicos y de imitación; cocinitas, oficios, muñecos serán grandes aliados en esta edad imitando el mundo de los mayores.
El juego solitario del niño de 2 años va convirtiéndose en juego con sus iguales. Primero en paralelo y más adelante en grupo.
Pueden aceptar normas y reglas, por esto es el momento de comenzar con juegos de mesa adecuados a su edad.
Un peque motivado generará un desarrollo en sus capacidades exponencial, conllevando además una autoestima positiva que le hará sentirse capaz de todo.